domingo, 24 de junio de 2007

El Enemigo se Muestra

Cubierto de maldad, escupiendo su aliento nauseabundo el Enemigo ataca.
Cobarde arremete por la espalda empuñando su arma envenenada pero mi puño lo detiene y huye a esconderse entre las sombras. Pero los suyos no perdonan el error y tras devorar su carne arrojan los restos ante mí como desafió: volverán y en mayor número.

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